Por Punto EduTras un largo viaje desde Cusco y Ayacucho, seis alumnos que participan en el Programa de Acción Afirmativa Hatun Ñan llegaron a nuestra Universidad. Guido Bellido, Glendy Arapa y Olga Quispe, de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco; y Enma Cucho, Efraín Calle y Leoncia Pariona, de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (Ayacucho), visitaron nuestro campus del 18 al 22 de mayo para asistir a clases y compartir experiencias en el marco de este proyecto que desarrollan de manera conjunta las universidades mencionadas y los departamentos académicos de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad.
Estas instituciones se han aliado con el Hatun Ñan, el Gran Camino, para elaborar nuevas estrategias para facilitar el mantenimiento en el ambiente universitario de jóvenes procedentes de las comunidades indígenas quechuas y amazónicas. “Hatun Ñan se ha vuelto muy importante para nosotros porque nos permite estudiar y acceder a experiencias distintas sin perder nuestra propia identidad”, afirma Efraín, estudiante de Antropología. Durante su estadía en Lima, ellos participaron en algunas clases y en un diálogo abierto organizado por la Oficina de Promoción Social y Actividades Culturales (OPROSAC) de EEGG Letras. “En diálogo con los alumnos pude apreciar que ellos tienen muchas ganas de conocer el Perú. Eso demuestra que existe mucha sensibilidad por los problemas que aquejan a nuestro país y rompe el estereotipo del estudiante de una universidad privada. Fue una experiencia muy enriquecedora”, sostuvo Glendy, estudiante de Educación. “Me siento orgullosa de haber sido parte de una clase de quechua en esta Universidad. Esto refleja que el mundo andino es motivo de estudio y análisis en la comunidad intercultural moderna”, agregó Olga, estudiante de Antropología. Granito de arena “La brecha que existe entre el campo y la ciudad no nos permite crecer como nación y mucho menos intercambiar conocimientos y tecnologías”, señala, por su parte, Guido, estudiante de Ingeniería Electrónica .Ciertamente, las desigualdades sociales y materiales que hay en el Perú hacen que, para muchos estudiantes de comunidades periféricas, la universidad, lejos de ser una experiencia grata, se convierta en una pesadilla. Hatun Ñan pretende afrontar estas condiciones y contribuir a que no se conviertan en obstáculos para la permanencia de esos estudiantes en los claustros universitarios. En suma, busca hacer frente a las fracturas de la nación peruana.El datoEl programa es financiado por la Fundación Ford y se encuentra en su segundo año de ejecución.
Estas instituciones se han aliado con el Hatun Ñan, el Gran Camino, para elaborar nuevas estrategias para facilitar el mantenimiento en el ambiente universitario de jóvenes procedentes de las comunidades indígenas quechuas y amazónicas. “Hatun Ñan se ha vuelto muy importante para nosotros porque nos permite estudiar y acceder a experiencias distintas sin perder nuestra propia identidad”, afirma Efraín, estudiante de Antropología. Durante su estadía en Lima, ellos participaron en algunas clases y en un diálogo abierto organizado por la Oficina de Promoción Social y Actividades Culturales (OPROSAC) de EEGG Letras. “En diálogo con los alumnos pude apreciar que ellos tienen muchas ganas de conocer el Perú. Eso demuestra que existe mucha sensibilidad por los problemas que aquejan a nuestro país y rompe el estereotipo del estudiante de una universidad privada. Fue una experiencia muy enriquecedora”, sostuvo Glendy, estudiante de Educación. “Me siento orgullosa de haber sido parte de una clase de quechua en esta Universidad. Esto refleja que el mundo andino es motivo de estudio y análisis en la comunidad intercultural moderna”, agregó Olga, estudiante de Antropología. Granito de arena “La brecha que existe entre el campo y la ciudad no nos permite crecer como nación y mucho menos intercambiar conocimientos y tecnologías”, señala, por su parte, Guido, estudiante de Ingeniería Electrónica .Ciertamente, las desigualdades sociales y materiales que hay en el Perú hacen que, para muchos estudiantes de comunidades periféricas, la universidad, lejos de ser una experiencia grata, se convierta en una pesadilla. Hatun Ñan pretende afrontar estas condiciones y contribuir a que no se conviertan en obstáculos para la permanencia de esos estudiantes en los claustros universitarios. En suma, busca hacer frente a las fracturas de la nación peruana.El datoEl programa es financiado por la Fundación Ford y se encuentra en su segundo año de ejecución.
http://www.pucp.edu.pe/innovapucp/index.php?option=com_content&task=view&id=828&Itemid=581
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